lunes, 11 de octubre de 2010

Segundero

Siempre fuiste un ruido circundante:
ni siquiera supe verte cuando niña,
tan objeto amorfo, tan aparte, tan ligero;
¡Cuántas veces fuiste un juego y te quebré!
Un dedo niño te negaba, te prohibía, y
ese dedo niño que creaba eternidades
respondía enigmas milenarios con tu muerte.

Siempre fuiste un ruido circundante:
mas ahora te busca mi mirada,
eres tan pesado que me observas;
tú, que naciste cosa y en cosa me liquidas,
vaticinas mi presente, me revelas en leyenda.
Yo con tantas vísceras de sobra, te recibo a ti,
que no sientes, que no gimes y no mueres.

Siempre fuiste un ruido circundante,
mas ahora me has tocado y te llamo por tu nombre.

domingo, 9 de mayo de 2010

Ser-tú y Ser-en-ti

(…) la síntesis es aquí un nuevo punto de partida, una estructura entre los elementos anteriores y dispersos, que (…) es trascendente y contiene en sí novedades.
Alfonso Reyes



Disolverme en cada uno de tus poros, que me absorban por completo:
ser real por tus sentidos, estar dentro de ti: ser tú sin dejar de ser yo
para verte como yo, olerte desde ésta que soy yo,
besarte como yo, deleitar mi ser en tu otredad.
Ir de este nosotros hacia un nuevo solipsismo:
tú, yo… tú y yo… tú-yo… túyo.
Ni tú, ni yo: ser que rehúye
a ese lenguaje limitante.
unidad homogénea en
primera persona singular.
Simplemente ser tú,
sin dejar de ser yo,
por el simple capricho
de besarte como yo.
Pero siempre
siendo Alma
sin dejar
de ser
Juan.

jueves, 22 de abril de 2010

Maldición de Adán

… porque pronto pasan y volamos.
Sal. 90:10b



Llegaremos fiel y puntualmente al tiempo
-mi cabeza es péndulo al que crecen los segundos-.

Del tiempo fui tomada:
tiempo soy
y al tiempo volveré.

sábado, 27 de marzo de 2010

Tiempo: ruido circundante que de vez en cuando tocas de más alguna de nuestras partes.

miércoles, 27 de enero de 2010

Breves objeciones de ser sueño (Al Rey Rojo)


-No sirve de nada llorar, no te vas a volver real por eso – observó Tweedledee; llorar es completamente inútil.

Alicia a través del espejo, IV



Cuando pueda hablar de lo que soy,
y conozca la invención de tu descanso
y logre alzar mi boca desmembrada;
- o si a caso dudo de los días, y el temor
me sobrevive como estela
(falso rastro, cuestionable por ser mío)-
clamaré con la afonía de las visiones,
de esa imagen que no dejas poseerse,
te heriré con estas uñas que no dañan
(pues sin armas me fundaste),
y juzgaré por esa llaga mentirosa
que tu sangre es la única viviente,
la única legítima…
que tu sangre es La Única.

Y con la fuerza de quien vive,
sobre el cuerpo del caído,
alzarás tu gran pupila;
y seré toda en ese instante:
conjetura de tu día
en tu párpado pesado.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Déjenlo dormir

Ruego al mundo que callemos, el Rey Rojo duerme, no queremos despertarlo y ser un mero sueño disipado: queremos EXISTIR... ¡Aunque sea mientras él duerme!

martes, 3 de noviembre de 2009

Moriremos satisfechos

Somos un siglo saciado que devino en la indolencia,
una vanguardia propasada, arruinada por sí misma.

¡Tuvimos tanta hambre, tanta vida, tanta historia!
Ahora, bultos deformes, inflamados por la nada:
¿Qué escribano documenta nuestro tiempo?
¿Qué redime el ojo que examina nuestra casta?
Hoy es la estación en que pizcamos la miseria:
la mujer estéril rebuscando en sus entrañas,
en espera de la nada, inexistencia que no aborta.
Poseemos una enfermedad que no nos punza,
mas flemática cercena todo arrojo hasta los huesos
¿Qué lisiado pudo haber formado alguna huella?
¡Cuánto orgullo ser esos gigantes quebradizos!
¡Enclenques arrogantes sin ganas de absolutos!
¿Hasta cuándo seguiremos requemando la ceniza?
Un frágil vaho dura más que nuestro antojo,
la certeza o convicción jamás pudieron persuadirnos…

Porque somos un siglo saciado que devino en la indolencia,
una vanguardia propasada, arruinada por sí misma.