domingo, 8 de noviembre de 2009
Déjenlo dormir
martes, 3 de noviembre de 2009
Moriremos satisfechos
una vanguardia propasada, arruinada por sí misma.
¡Tuvimos tanta hambre, tanta vida, tanta historia!
Ahora, bultos deformes, inflamados por la nada:
¿Qué escribano documenta nuestro tiempo?
¿Qué redime el ojo que examina nuestra casta?
Hoy es la estación en que pizcamos la miseria:
la mujer estéril rebuscando en sus entrañas,
en espera de la nada, inexistencia que no aborta.
Poseemos una enfermedad que no nos punza,
mas flemática cercena todo arrojo hasta los huesos
¿Qué lisiado pudo haber formado alguna huella?
¡Cuánto orgullo ser esos gigantes quebradizos!
¡Enclenques arrogantes sin ganas de absolutos!
¿Hasta cuándo seguiremos requemando la ceniza?
Un frágil vaho dura más que nuestro antojo,
la certeza o convicción jamás pudieron persuadirnos…
Porque somos un siglo saciado que devino en la indolencia,
una vanguardia propasada, arruinada por sí misma.
sábado, 17 de octubre de 2009
Paseo hacia lo estrecho
que el tiempo codicia hasta el más pequeño indicio de que he vivido
que él sobrevive de la savia con que embadurno todo lo que piso,
la que ignoro sin saberme continuada al poseerla.
Ojalá no posponga más la conciencia,
y espere que el vigor ceda a la presión que lo erosiona,
y profiera gimoteos que se miran conformados,
para admirar la grandeza del segundo.
Ojalá no guarde nada como mío,
ni se me pudran los días en la idea,
ni me asuma completa y satisfecha
y nunca salde el asombrarme.
Ojalá no cavile tanto,
tanto que me termine,
tanto que me rebase,
y liquide lo adquirido.
Ojalá descubra
que la holgura
se reduce, al
final.
martes, 9 de junio de 2009
Esquela
Sí Bisbal, siempre te lo he dicho: pudimos escoger una vida más fácil.
Esta vida nos ha hecho creadores, ¿recuerdas?, partícipes de siglos pasados. También nos hizo estructuralistas, modernistas, existencialistas, decadentistas, románticos, vanguardistas, semióticos, posmodernos y hasta poetastros: progenitores de imágenes que abandonamos con el tiempo.
Hasta hoy he tomado conciencia: todo poder que hemos ejercido con palabras escritas nos ha creado necesidades que sólo el lenguaje satisface; y nosotros, adictos insaciables, permutados por esclavos, hostigamos nuestra lengua, y ella, a veces nos aborrece.
Qué vida la nuestra, regidos por el pulso, por la herencia de los muertos, por el polvo de sus manos. Seguimos obligados a hablar por la materia silenciosa, a definir las abstracciones; la sensación tiende a desertar, y nosotros debemos asirla para que no muera por completo.
Nuestro tormento procura fragmentarse en restos incisivos, que buscan cercenarse entre ellos, para propagarse y confundirse con limadura de carbón; lo mismo le sobreviene a nuestra ira o placer.
Hace años, cuando dormíamos, soñamos con el tiempo, y vimos una vida serena y generosa. Esto no lo deseamos, te lo dije Bisbal, ¿por qué no escogimos una vida imperturbable?... porque abandonamos tal fascinación, y quisimos arrojarnos -sin sueños precedentes- en la grieta fabricada a conciencia: la interminable ofuscación por la palabra.
lunes, 8 de junio de 2009
Memorial
Algunas ilusiones remotas
y los ecos escondidos de una conspiración
odian y murmuran el olvido
(entre cuatro paredes que encierran la locura)
...¿y qué es la existencia sino el sueño eternamente codiciado?
La permanencia enajenante del relego,
el despertar de pensamientos enterrados
(en un cementerio jamás construido),
los pasos derramados y el simulacro de una vida
...todo es existencia;
y en el papel tapiz en que ha sido imaginada se ha escrito algo:
la inhibición constante del pasado
enseña la pluma con que se ha escrito el olvido,
y cuando esta lección se aprenda
se inventará la tumba opresora de la memoria,
y el hombre, sólo hasta entonces, dejará de existir.
Calidad de mortal
Ser mortal duele:
el hombre no lo decide, lo sufre
esta consciente y aun así sonríe,
debe caminar despacio, sutilmente
de puntitas, con permiso;
una a una sus palabras sus amores
son latidos finitos que se gastan.
Ser mortal duele:
lo recuerda en el espejo
se siente en el invierno
en el hambre, el deseo, en el sueño.
Cada nube que mira evaporarse
le dibuja la dureza de sus huesos
y lo débiles que serán con el tiempo.
Ser mortal duele:
se lo gritan cada instante
en escritos, en tatuajes
en versos negros de papel
el poeta lo escribe con carbón
el pintor con escarlata
y el niño de colores lo disfraza.
El hombre tiene ganas de soñar
siempre quiere traspasar el orbe
escribir su nombre con palabras infinitas
pero se repite, en un susurro,
que realmente duele ser mortal.
En memoria de. (fragmento)
a doña Lilia, quien a veces es imagen, voz y letras.
...Y ella, transformada, tuvo que dormir,
pues alguien le negó tal privilegio:
de conquistar la conciencia aquí,
en cada lugar, en cada muerte.